A río revuelto, ganancia de pescadores
En las últimas semanas se sumaron novedades de impacto potencial sobre el mercado inmobiliario: un paquete de medidas en materia de política cambiaría, el Régimen de Inversión para el Desarrollo Inmobiliario y el Programa Precios Cuidados para la Construcción.
Además hace muy poco tiempo se aprobó la nueva ley de alquileres. Los contratos cambiaron de dos a tres años de duración. El ajuste de precios en los alquileres es anual en vez de semestral. Algunos gastos como las expensas extraordinarias estarán a cargo del locador. Y, por último, otro de los aspectos más importantes de los nuevos cambios es que algunas regulaciones con respecto a las garantías que se pueden aceptar se han vuelto más permisivas a favor del locatario.
Todo esto, sumado al contexto de pandemia y a la fluctuación entre apertura y cierre de actividades, pareciera enmarcar un panorama desolador para inversionistas y empresas. Sin embargo es menos drástico de lo que parece. Como en todo cambio, la primera reacción de la mayoría es la incertidumbre. Lo que estamos viendo ahora es el sacudón inicial que, como en todo cambio, provocará algo de conmoción hasta que vuelva a acomodarse.
Hoy es un tiempo de confusión y por lo tanto también un tiempo de oportu-nidades. Por esta razón, ahora es el momento preciso para comprar.
Si bien una propiedad implica gastos de mantenimiento, su valor va aumentando notablemente a medida que pasan los años. Así mismo ese gasto se puede reducir a cero alquilando el inmueble, aprovechando la estabilidad que ofrecen los nuevos contratos de tres años.
Analizar los datos del presente y sacar conclusiones, nos permite tener una idea de lo que pueda suceder en el futuro.
Después de la tormenta, viene siempre la calma.
Actualmente la situación puede parecer complicada, pero cuando todo se estabilice, quienes hayan sido previsores y hayan comprado propiedades en estos momentos, podrán recibir grandes ganancias… el mercado inmobiliario es sólido, incluso en situaciones extremas.